viernes, 19 de marzo de 2010

Jorge Guardia
Abogado-Economista

Noel Ramírez, antiguo profesor del INCAE y expresidente del Banco Central de Nicaragua, decía que los ticos éramos muy modositos, pues todo lo hacíamos despacito, suavecito, con salivita'
Sin duda, nos caracterizaba bien. También, don Eduardo Lizano, asiduo propulsor de reformas económicas en Costa Rica, quien se quejaba, con razón, de la recalcitrante lentitud que exhibimos al tomar decisiones, por el inefable nadadito de perro. ¿Cuánto cuesta arribar a la otra orilla? Yo lo sé por experiencia. Al impulsar la reforma desde el Banco Central topé con la férrea oposición del PLN. Según ellos, se debía introducir gradualmente, con salivita'
El señor Fernando Ferraro, abogado, tiene otra visión. En un ácido comentario intitulado Los insultos de Jorge Guardia, escribió su propio diagnóstico. Sugiere que el votante tico no es como lo pinto yo, sino, más bien, valiente y arriesgado, como Juan Charrasqueado. Bueno, es una opinión. Yo no la comparto, pero, a diferencia suya, sí la respeto. Él dijo textualmente: “debemos insistir en el respeto a las opiniones y acciones ajenas” ¿Por qué, entones, un titular tan ofensivo?
Dejemos la forma y vertamos dos párrafos (los últimos) sobre el fondo del asunto. Yo atribuyo el magro resultado del ML a dos causas fundamentales: la crisis económica mundial (percibida como una crisis del capitalismo) y la reticencia del tico a prohijar cambios radicales al statu quo. La primera hacía –y hará– harto difícil vender una plataforma política tendiente a maximizar el mercado y minimizar el Estado. Si, además, le cuelgan propuestas radicales, como la dolarización y el flat tax, la cosa se pone muy dura (ni con salivita). Hoy sostengo la misma opinión. Y sugiero a sus dirigentes abrazar planteamientos más palatables al sentir de los votantes.
Para el abogado Ferraro, el ML debe proseguir sus esfuerzos radicales pues “siguen siendo propuestas legítimas”. Simplemente, recomienda explicarlas mejor (¡Gracias!). Pero es, sin dudar, el aconsejar de un liberacionista. Dudo de su sinceridad. En otra parte de su pieza confiesa “no encontrar ningún mérito en las actitudes radicales”, lo cual me dice que les está dando una embarcada. Y aquí, precisamente, subyace la divergencia entre los dos. El abogado Ferraro, aunque suene raro, los quiere ver topar con la realidad política de un país conservador. Yo, en cambio, deseo que se pellizquen (en el trasero) para despertar de su sueño radical y propongan cosas más apetecibles al paladar electoral. Sugiero algo más convencional y placentero: llevarla suave, a lo tico, despacito y, sobre todo, con abundante salivita. ¡Es milagrosa!

Artículo publicado en el periódico la Nación el día 08/03/2010.

1 comentario:

  1. Costa Rica al ser un país “democrático” permite a cada ciudadano expresar su opinión, por lo que, es evidente que estos señores han tomado la palabra y de manera pública, mas sin embargo, el problema radica como en la mayoría de los casos de índole política, económica y entre otras disciplinas, por la divergencia de opiniones, el hecho de que un partido político quiera cambiar radicalmente las políticas que por años han tenido la tendencia a seguir con algunas modificaciones cabe destacar, para la toma de decisiones tanto en el sector monetario como fiscal, social y demás sectores del país, fue de gran relevancia en las pasadas elecciones. Al punto que si logró atraer seguidores fieles al partido y muy aferrados a sus propuestas, aclamando su deseo de cambio.
    No obstante, a manera personal considero que nuestro país no requiere de esos cambios tan radicales, sí necesitamos un gobierno más activo y cumplidor de objetivos, el cual aparte de ser efectivo y eficiente, también recupere la confianza de los costarricenses que no asisten a las urnas cada cuatro años a elegir el nuevo gobierno, y así minimizar este problema, pero tampoco al extremo de eliminar algunos entes reguladores de las políticas económicas de este país por ejemplo. Sin duda alguna estas acciones son las generadoras de polémica y discusión, que a la vez nos permiten tener mejores panoramas de diversas situaciones importantes y orientarnos para tomar mejores decisiones personales de acuerdo a nuestro perfil.

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